DIOS ¿PRIORIDAD O NECESIDAD?

Hoy día, los seres humanos llevamos una vida apresurada, llena de compromisos, preocupaciones de todo tipo de cargas que gradualmente van opacando nuestra visión acerca de Dios y lo que representa.

¿Qué es lo que representa Dios para la gente? En la actualidad, nuestro enemigo esta alejando al ser humano de su realidad, ha diseñado un nuevo tema de predicación definido como “El mensaje de la prosperidad,” y consiste en meter en la mente de las personas, que Dios siendo como es, un ser todopoderoso, dueño de todo cuanto existe dice que nosotros como sus hijos, debemos disfrutar en su totalidad de todos los bienes materiales existentes, ya que nos pertenecen por el solo hecho de ser hijos suyos “Y si hijos, también herederos…” (Romanos 8:17). Se predica que aquél que es hijo de Dios no tiene porqué sufrir ni enfermedades, ni dolor, ni pobreza, pues de ser así, demostraría su falta de fe y por consecuencia, que Dios no está con él. Todo esto ha contribuido en gran parte a que la mayoría de la gente busque a Dios no por convicción, sino por encontrar en Él la solución a sus problemas económicos.

Por otro lado, la sobrepoblación en conjunto con la ambición humana, y la abundancia de comodidades existentes, han dado como resultado que el dinero se concentre en unos cuantos círculos sociales, y para la gran mayoría: escasez de alimentos, pobreza extrema, violencia y un sinnúmero de situaciones que saltan a la vista. Todo ello trae como resultado desesperación, dolor y muerte, como está escrito: “Secándose los hombres a causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra…” Lucas 21: 26, “Y todas estas cosas, principio de dolores” Mateo 24:8.

Pero, ¿en qué forma afecta esto el estado espiritual de la gente? En todos lo sentidos, pues actualmente las personas ya no se preocupan por ver si lo que les predican es verdad o no, lo único que buscan es “el milagro”, y aquella religión, secta o misticismo que sea capaz de hacerlo, será a quien sigan ciegamente.

¿Qué lugar ocupa Dios? De acuerdo con los indicios, la mayoría sí le reconoce como un ser todopoderoso, sin embargo, pretende echar por tierra su soberanía, como que en ocasiones se piensa que Dios está a nuestro nivel y quieren tratarlo como a un igual, o peor aún, como alguien que debe cerrar los ojos a todo y ser comprensivo para cumplir la propia voluntad. Algo similar sucedió en la cruz, cuando uno de los ladrones le decía al Señor Jesús: “…Si tú eres el Cristo, salváte a ti mismo y a nosotros” Lucas 23: 39. Este hombre no pretendía sujetarse a Dios, sólo buscaba la solución inmediata a su problema.

Entonces, ¿Qué lugar ocupa Dios en la mente de la humanidad? Muy probablemente el último, pues todo es necesario, todo es prioritario, excepto Dios.

¿Qué representa Dios para su Iglesia?

Algo muy significativo en nuestros tiempos, es la pérdida de los valores morales y espirituales; dice Jesús: “Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará” Mateo 24:12, y añade la Biblia “…Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12: 13. Muchos, cuando van en busca de Dios, ya no lo hacen por temor y convicción, sino siguiendo intereses humanos, y algunos otros permanecen en esta búsqueda porque han confundido el término amor, o quizá por no conocerlo aún.

Si nos dispusiéramos a realizar una encuesta para conocer el motivo por el cual los que dicen amar a Dios, le sirven, seguramente nos llevaríamos muchas sorpresas.

Tal vez algunos dirán que lo hacen por gratitud, pues antes de llegar al conocimiento de Dios experimentaron algún milagro que transformó sus vidas; algunos otros dirían quizá que lo hacen simplemente porque les gusta; otros tal vez porque se sienten solos y en la Iglesia encuentran no solo compañía, sino mas bien una familia que los quiere, respeta y ayuda; otros, porque están en espera de una respuesta de Dios a sus problemas o enfermedades; también hay quienes permanecen en la Iglesia porque se han sentido atraídos por alguna persona en especial; hasta hay quienes están solo porque esperan recibir alguna especie de apoyo de los hermanos.

Quizá en cierta forma, sea aceptable el motivo por el cual llegamos a la Iglesia de Dios, sin importar cuál sea éste; más no así, el motivo por el cual permanecemos. Llegamos al punto de analizar, no la situación del mundo, ni la de la Iglesia en su conjunto, sino la nuestra: ¿Por qué seguimos a Dios?, ¿por qué le alabamos? ¿Tal vez porque nos da todo?, ¿porque nos promete la vida eterna? ¿Y si de pronto a Dios se le ocurriera no darnos la vida o dejarnos de ayudar? ¿Que haríamos? ¿seguiríamos con Él? El libro de Daniel narra la historia de unos jóvenes que a pesar de su juventud, tenían bien definido el concepto del amor a Dios:

“Habló Nabucodonosor, y díjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis á mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son… de todo instrumento músico, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no…seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo: ¿Y que dios será aquel que os libre de mis manos?...respondieron y dijeron al rey…No…He aquí nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos… y… nos librará. Y si no, sepas oh rey, que tu dios no adoraremos…” Daniel 3: 14 – 18).

Se entiende claramente que aquellos jóvenes no seguían a Dios por interés, sino por amor, simplemente porque Él es Dios. Ellos sabían que serían arrojados a un horno de fuego y que Dios podía salvarles, pero de no ser así, ellos iban determinados a morir por su Dios y nada ni nadie los iba a apartar de su determinación.

Para ellos, Dios era primero que todo: sus problemas, sus dificultades, su propia vida, estaban siempre en segundo término. ¡Qué gran ejemplo de fidelidad!

Dios es más que una salida a nuestros problemas

Meditemos lo siguiente: ¿Debemos ver a Dios simplemente como la solución a todos nuestros problemas y seguirle solamente por encontrar en Él una estabilidad económica?, ¿por dinero?, ¿por comodidad material? ¡Dios es más que esto! por eso el mundo no ha podido encontrar a Dios, porque lo busca donde no se encuentra. Cuando Cristo ya había resucitado, algunas mujeres fueron a visitar su tumba, pero para su sorpresa ¡el sepulcro estaba abierto y vacío! Dos ángeles les hicieron recordar lo que ya sabían y les hicieron una pregunta que quedó para la historia: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” Lucas 24:5. Dios no es lo material, no debemos verlo jamás como “el genio de una lamparita” que tan solo sirve para conceder deseos. La Biblia dice que debemos buscar el reino de Dios y su justicia, las demás cosas (las temporales y pasajeras, sus promesas y bendiciones) vendrán por añadidura; pero una cosa es lo esencial: Dios y su justicia, y otra muy diferente, la añadidura.

Muchos abandonan su fe por ir en busca de una mejor situación económica, por ejercer su profesión, por conquistar “al amor de su vida”, etc. Y seguramente todos estos motivos son muy importantes y necesarios, pero hay que aprender a diferenciar entre necesidad y prioridad. No debemos desviar jamás nuestra mirada de lo que realmente importa, o sea, Dios.

Es preciso dejar en claro, que Dios sí es la solución a nuestros problemas, y en estos días tan difíciles y peligrosos, más que nunca le necesitamos y hemos de estar cerca para implorar su ayuda. Su palabra dice que sus oídos y sus ojos están atentos a los justos. Él sí tiene poder para resolver todas nuestras necesidades, pero lo que se pretende acentuar en esta ocasión, es que a Dios debemos seguirle simplemente porque “Él es Dios” Salmo 100:3.

Preguntaban en cierta ocasión los discípulos: “He aquí, nosotros hemos dejado todo, y te hemos seguido: ¿Qué pues tendremos?” Mateo 19: 27; y Moisés escribe: “Y será que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios… vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán…” Deuteronomio 28: 1,2 ¿Hay promesas para los que sirven fielmente a Dios?, ¿Hay bendiciones? ¡Claro que las hay! Y son para nosotros, pero dejemos que sea siempre Dios quien en su sabiduría nos de todo a su tiempo.

Dios, la prioridad en la vida de sus hijos

Si pudiésemos entrevistar a Dios y le preguntáramos lo siguiente: Dios, ¿por qué motivo debemos seguirte, y cómo debemos hacerlo? ¿Qué nos respondería?

La respuesta seguramente sería amplia, infinitamente sabia y terrible, bastaría con recordar lo que respondió a Job cuando este afirma ser justo e inocente ante Dios, recuerda su antigua prosperidad y reprocha su actual miseria, preguntándose porqué los malos prosperan mientras que él se encuentra en sufrimiento. Dios simplemente le respondió que “Él es Dios” y que nadie esta en posición de altercar con Él. Job, al ver su condición ante la grandeza del Omnipotente, no tuvo más que llorando decir: “De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento…” Job 42:5,6

La Biblia dice: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es: y amarás á Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder” Deuteronomio 6: 4,5. “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso, y terrible…” Deuteronomio 10: 17, “Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos…” Hechos 17: 28.

Dios debe ser para cada uno de nosotros, el mayor amor al cual demos adoración total, el principio de nuestros pensamientos y el final de ellos, sin importar qué es lo que quiera darnos o lo que podamos recibir de Él. Debe ser puesto antes que todo, nada en nuestra vida, por grande que sea, debe sobrepasar su grandeza. Él debe ser el motivo de nuestro actuar y nuestro existir.

Pero, ¿se puede lograr esto?, es decir, en nuestra condición de humanos, ¿Podemos llegar al punto en el que Dios sea nuestra prioridad? Un antiguo escrito narra: “No hubo tal rey antes de él que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, y de toda su alma y de todas sus fuerzas… ni después de él nación otro tal” 2 Reyes 23:25. Habla sobre el rey Josías y dice que ni siquiera David, ni Salomón hicieron de Dios su prioridad tanto como él, ni después de él nació otro tal. Pensemos por último: ¿Esto fue escrito para mostrarnos que aquel hombre fue único en su tipo? De ninguna manera, sino mas bien, para mostrarnos que un ser humano aún nacido en medio de la maldad y la idolatría puede lograr hacer de Dios su prioridad.

Aún cuando para la gente todo sea más importante que Dios, para nosotros, su pueblo, sus hijos, no es solo una necesidad más, sino la única prioridad. Este es el mandamiento grande de la ley:

“Amarás pues al Señor de todo tu corazón, y de toda tu alma y de toda tu mente y de todas tus fuerzas…” Marcos 12:30

Ministro James Hernández Fajardo
Cerro Azul Veracruz 

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