“Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en su hecho.” Santiago. 1: 25
Recuerdo a mi Padre en una ocasión dando un tema, en el cual, como anécdota, contaba acerca de un hombre creando a un ídolo para que así el ídolo le cumpliese sus peticiones. Al notar que tal ídolo hecho de un árbol no le cumplía sus peticiones, comenzó a analizar el porqué el ídolo no lo escuchaba, y llego a la conclusión que había cometido un error al crearlo, había olvidado ponerle oídos para que escuchara todo lo que tenía que pedirle, enseguida se los hizo y noto que el ídolo aun no le cumplía sus peticiones, se percato que con un taladro, lo había traspasado de un lado al otro, por tal razón por un oído le entraba la petición y por el otro se le salía.
En ocasiones somos similares, escuchamos pero no retenemos el mensaje, amado lector persiste en lo que has aprendido y retened lo que nos dice el Señor: “He aquí yo vengo presto reten lo que tienes para que ninguno tome tu corona“ Apocalipsis 3:11. Cualquiera recibe la palabra más son pocos los que retienen, no seas como ese ídolo. Me pregunto porque cuando se acercan para compartirte la palabra de Dios en ocasiones escuchamos, pasa el siguiente día y olvidamos lo aprendido, ¿Por qué somos Buenos para retener las cosas que no nos edifican?, las malas costumbres, los malos pensamientos, las malas palabras etc. Pero las cosas de Dios ¿no? así que hermano, hagamos de la palabra de Dios un tesoro.
Atesorando la Palabra en mi Corazón
Tened también vosotros paciencia; confirmad vuestros corazones: porque la venida del Señor se acerca Santiago 5:8
No todos tienen tesoros materiales, no todos tienen el tesoro de la palabra de Dios, debemos aprovechar esa bendición ya que hemos sido escogidos, somos ricos teniendo la palabra de Dios y no solo la tenemos escrita en un libro sino que ahora la tenemos en el Corazón , un hombre rico no es rico por lo que gana sino por lo que tiene, así nosotros somos ricos por lo que guardamos en nuestro Corazón, no por cuantas veces asistimos a la iglesia, sino por lo que ponemos en práctica y quienes somos por dentro, ¿En verdad está la palabra del Señor dentro de nosotros? ¿Qué tan fieles somos reteniendo lo aprendido? ¿Qué es lo que mora en nuestro pensamiento y corazón? esperemos que el amor del Señor y su palabra este bien firme en nosotros, que sea momento del cambio pero un cambio sincero y alejémonos del mal. Vemos en 1a Pedro 2: 1, 2: “Dejando pues, toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, envidias, y todas las detracciones, Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis para salud.” Veamos lo bello, lo esencial de la palabra de Dios que volvamos a sentir esa paz y Fe; ese anhelo de servir a nuestro Creador. Nada es una casualidad por algo nuestro Padre te está permitiendo leer estas humildes letras que quizá toquen tu corazón y te dice que retengas todo lo aprendido, que no seas como aquel hombre que se vio en un espejo, se fue y se olvido como era, (Porque si alguno oye la palabra y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural porque él se considero a sí mismo y se fue, y luego se olvido que tal era.) Santiago 1:23,24. ¿Cuántas veces nos vemos en un espejo? No solo una porque enseguida se nos olvida. Por eso se hace esta comparación que si no ponemos por obra de nada sirve cantarle a Dios o asistir a cada reunión.
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Santiago 1:22
No nos engañemos, no solo creer en que existe un Dios seremos justificados, más peligroso si esto se vuelve rutina llegamos a entender todo y aceptarlo y al minuto siguiente todo se olvido. “Mas los hombres malos y los engañadores, irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido". 2 Timoteo 3:13,14
Deja que Dios guie tu vida
Juan 14:26, “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho..”
Que sea nuestro Padre celestial quien nos lleve de su mano depositando toda nuestra fe en Él, sin embargo no podemos dejar todo en las manos de Dios, también es trabajo nuestro donde debemos de luchar y vencer todas las pruebas para ser fortalecidos, Roguemos a Dios que la semilla que siembre en nosotros caiga en tierra fértil como en esa parábola, donde la semilla representaba la palabra de Dios, la buena tierra es aquella que retiene la semilla y da fruto con perseverancia. Por tanto, Jesús media la calidad de las personas por su retención, las demás tierras perdieron la semilla, en si la semilla no tiene todo lo necesario para brotar, crecer y dar fruto en abundancia, sino que necesita de buena tierra donde sea retenida y sea desarrollada. Lucas 8:15 “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
Por eso el apóstol Pablo alabó a la iglesia de Corinto porque retuvo sus instrucciones: “Os alabo hermanos, porque en todo os acordáis de mi y retenéis las instrucciones tal como las entregué.” 1a Corintios 11:2. Y más adelante, condiciona la salvación de sus almas a la retención del evangelio diciendo: “Además, os declaro, que el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis, por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.” 1a Corintios 15:1-2.
También algo parecido les escribió a los Tesalonicenses diciendo “Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra o por carta nuestra.” La iglesia de Filadelfia recibió estas palabras de Cristo: “Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardare de la hora de la tentación que ah de venir en todo el mundo para probar a los que moran en la tierra… He aquí, yo vengo pronto, retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Apocalipsis 3:10,11. Ellos debían retener lo que tenían, y lo que tenían era la palabra de Dios. “Has guardado mi palabra y no has negado mi nombre”. Esa era su corona.
Es decisión nuestra qué camino seguir, si ya sabemos cuál es la verdad y decidimos ser oidores olvidadizos. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 2 Pedro 2:21. y si aun no has conocido la verdad este es el llamado de Dios, no termines de leer estas líneas y olvides lo aprendió es momento de que haya un cambio en nosotros, “Os digo, que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.
Abre tu corazón y permite que sea Dios quien guie tu vida, el ya ha mostrado el camino es momento que retengamos su palabra y sea esparcida por el mundo, pero primeramente en nosotros que este firme y no sea derrumbada.
No todo el que me diga Señor, Señor.
Es tan fácil llamarse hijo de Dios, pero en verdad ¿Todos somos hijos de Dios?, ¡No! Todos somos creación de Dios mas solo aquel que ha hecho verdadero pacto con Él es llamado su hijo. “Mas a todos los que le recibieron, dioles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre,” Juan 1:12, es un gran privilegio para aquel que forma parte del pueblo de Dios, es el tesoro más grande que podemos tener por lo cual hemos sido escogidos de Dios, debemos llevar en alto este nombre siendo en todo momento lumbreras. “Según nos escogió en el antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor," Efesios 1:4. Andemos como hijos de luz que la palabra retenida sea mostrada por doquier, y no llevemos el nombre de nuestro Señor en vano, no tan solo ser un hijo de Dios un sábado y el resto de la semana nuestras actitudes sean como aquellos que no conocen a Dios. Por lo cual lo único que logramos al no poner por obra su fiel palabra es que aquellos que no han conocido de Dios se alejen y blasfemen su nombre. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrara en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi padre que está en los cielos, muchos me dirán en aquel día: ¿Señor no profetizamos en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? y entonces les protestare: nunca os conocí; apartaos de mi, obradores de maldad.” Mateo 7:21-23
Seamos como aquel hombre que edificó su casa sobre Roca, cayo la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron fuertes vientos, y fueron contra aquella casa pero ella no cayo porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga su palabra y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena, cayo la lluvia, torrentes y vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayo (Mateo 7:24-27). Que sea la fiel palabra de Dios que este bien cimentada en nosotros y la hagamos desarrollar y así trabajar nuestros dones y ponernos a la orden del Señor que sea él quien guie nuestras vidas, y en aquel día, no seamos hallados faltos porque El merece más de lo que pensamos darle , entreguémonos más a Él, hablar de santidad es tan solo un concepto tantas promesas hechas con Dios han sido olvidadas, necesitamos esforzarnos más y dar más amor incondicional y luchemos como el patriarca Jacob que lucho y peleo por esa bendición, así mismo nosotros luchemos por retener y alcanzar las promesas de nuestro Dios, ya que es grande ,poderoso, fuerte pero también así de grande será su ira en el día final, estos son los últimos tiempos peleemos esta batalla firmes y con toda nuestra fe depositada en nuestro padre reteniendo su fiel palabra, esa palabra que nos llena y alimenta y que algún día perecerá, retengamos lo que más podamos, no desperdiciemos más tiempo porque vendrá el día que tendremos sed y hambre de escuchar la palabra de Dios y ya no la habrá. Mas ahora está en nosotros la decisión ser oidor olvidadizo o hacedor de la palabra. Mas si eres oidor olvidadizo seguirás el camino de maldición (Deuteronomio 28:15-24) Si eres hacedor de la palabra obtendrás de las bendiciones de Dios (Deuteronomio 28:1-14) Escuchar, retened, y Obrar.
Areli Castrejon
San Luis Río Colorado, Sonora
No hay comentarios:
Publicar un comentario