Como Luminares en el Mundo

El hombre siempre ha estado en busca de saber quién es y a donde va, en esa búsqueda se pierde en vanas filosofías y pensamientos, sus fuerzas y bienes están entregadas a construir “una vida mejor” sin darse cuenta que en ese afán la está destruyendo. Jesucristo nos da el ejemplo de identidad al decir: “… Sé de donde he venido y a donde voy…” Juan 8:14.

¿Cuántos hombres hoy en día saben con certeza, para qué nacieron, cuál es su labor en este mundo y hacia donde están dirigidos sus actos? Ciertamente, podemos poner como ejemplo a grandes hombres exitosos, pero todo su trabajo y esfuerzo, no pasará de lo terrenal.

Nosotros como hijos de Dios, vemos más allá de esta vida terrenal, pues sabemos que estando en este mundo tenemos la oportunidad de hacer obras que agraden a Dios, pues no basta con solo tener fe (“Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en si misma” Santiago 2:17); ya que Dios nos demanda amar a nuestro prójimo como a nosotros mismo (Mateo 5:46-47).

En la actualidad, gracias al individualismo, el ser humano se ha alejado de la interacción personal pues lo común ahora son las redes sociales, se ha dejado de lado esa interacción necesaria y útil que te da el estar frente a frente con otra persona, cada vez más la dinámica de esta vida nos vuelve impersonales, lamentablemente la Iglesia de Dios no ha logrado escapar de estos acontecimientos.

Debemos reflexionar y recordar las palabras del apóstol Pablo “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo” Filipenses 2:15. Hoy y siempre es necesario mirarnos al espejo, ver nuestras acciones y preguntarnos ¿Somos hijos de Dios? Ya que la Iglesia de Dios desde su fundación, apareció para dar esperanza al hombre, Consuelo al necesitado y fe a quien no la tiene, ese objetivo sigue vigente hasta nuestros días.

No seamos jóvenes que no producen frutos, seamos siervos útiles que van más allá de lo que nos ordenan “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto…” Juan 15:5 seamos siervos útiles que van más allá de lo que nos corresponde, siendo misericordiosos comprometámonos hoy con Dios.

Joven si aún estás pensando en hacer un pacto con Dios, no lo pienses más ¡actúa! Demuestra al mundo que tú sabes a dónde vas, que nada impida tener el galardón que Dios ha prometido.

Vivamos en santidad unamos nuestra vida profesional y nuestras metas personales con el servicio a Dios, quitemos el estigma de que si se es exitoso no se puede ser un buen hijo de Dios, mostremos al mundo que Dios está en nuestro camino, tan es así, que nos ha bendecido con una vida mejor en todos los aspectos.

“ Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia” 1ª de Pedro 3: 8,9.

Fraternalmente:
Comité Editorial
VOZ JUVENIL

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