La Depresión

“Me sentía más sola que nunca, mis ojos estaban cansados de llorar, no encontraba la salida, yo sólo quería dormir, no despertar y si algún día lo hacía, ver días buenos, ver que los problemas que me rodeaban se habían ido y estar segura de que nunca regresarían, entonces y sólo entonces yo sería feliz, eso es lo único que yo busco: ser feliz…”

Sin duda, este es un tema conocido por los jóvenes de la actualidad, aunque cuando eres presa de esta enfermedad te cueste trabajo reconocer ante los demás que lo estás o incluso no darte cuenta de que esto afecta tu vida al grado de ya no querer vivir.


¿Pero qué es la depresión?

La palabra depresión era antes conocida sólo como melancolía, pero ahora ésta palabra sólo definiría uno de los síntomas constantes de esta enfermedad.

Trastorno anímico o afectivo, con lo cual se refiere a un cambio en el estado de ánimo. Esta es una definición científica como muchas otras, sin embargo nadie mejor que la persona afectada puede definirla más concretamente.

Algunos síntomas:
  • Triste estado de ánimo, ansioso o “vacío” en forma persistente.
  • Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
  • Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
  • Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban.
  • Disminución de energía, fátiga, agotamiento, sensación de estar “en cámara lenta.”
  • Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
  • Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
  • Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
  • Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
  • Inquietud, irritabilidad.
  • Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.

Es posible que todos hayamos sufrido alguno de estos síntomas alguna vez por distintas razones, pero si estos se han convertido en una constante situación en tu vida es posible que seas una persona depresiva.

Las causas pueden ser variadas, como sentirte solo, rechazado por un grupo de personas, la no atención de tus padres o tal vez un rompimiento amoroso, en fin.

Y es que cada persona tiene diferentes formas de reaccionar ante las circunstancias que se nos presentan en la vida. Lo que para algunos parece algo sin importancia, para una persona con tendencia depresiva puede significar un golpe muy fuerte a su autoestima; son circunstancias que no podemos evitar, pero me atrevería a decir que la mejor forma para solucionar esta enfermedad es pedir AYUDA, y en nuestros caso siendo parte de la Iglesia de Dios, a quien debemos acudir sin reservas es a nuestro Dios. “Él es quien perdona todas tus iniquidades; Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida; Él que te corona de favores y misericordias; Él que sacia de bien tu boca…” Salmos 103:3-4.

Con esto y con muchas innumerables muestras de amor de Dios para con nosotros te darás cuenta de que no estás sólo, que siempre que acudas a Él tendrás una respuesta, y sobre todo que tu vida es valiosa.

Claudette Molina Cervantes
El Salado Edo. México

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