De Jueces a Reyes

Un pueblo singular, escogido por el Creador de entre muchos pueblos, llevado con prodigiosas demostraciones de amor, bondad y omnipotencia de Dios a una nueva y maravillosa tierra, en la cual fluyen leche y miel, hechos innegables del cumplimiento a la promesa hecha a Abraham: a su descendencia le sería dada esa tierra, la cual había sido habitada por el Cananeo, el Heveo, el Amorrheo, el Jebuseo, el Pherezeo y el Hetheo mismas gentes que Jehová echó de delante del Pueblo de Israel. Y Jehová dijo a Moisés: Ve, sube de aquí, tú y tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu simiente la daré: Y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al Cananeo y al Amorrheo, y al Hetheo, y al Pherezeo, y al Heveo y al Jebuseo; (a la tierra que fluye leche y miel)… Éxodo 33:1-3.

La mano poderosa de Jehová libertó a los hijos de Jacob de la esclavitud en tierra de Egipto, usando como instrumento a Moisés, peregrinando a continuación cuarenta años a través del desierto por la dureza de su corazón, al término de los cuales, serían introducidos a la tierra prometida: ésta vez encabezados por Josué hijo de Nún, Ministro de Moisés; sin embargo, el pueblo de Israel, a pesar de haber visto la majestuosidad y la grandeza de Dios, fue susceptible a la mala toma de decisiones, ya que era un pueblo de dura cerviz. “Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz” Éxodo 32:9.

Dios entonces decidió poner a prueba su lealtad, fe y obediencia; dejando para ello parte de los habitantes de aquellas tierras para que morasen entre ellos. “Estos pues fueron para probar por ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había prescrito a sus padres por mano de Moisés” Jueces 3:4.

Tan predecible era la situación que muriendo Josué y la generación que con él estaba: los hijos de Israel se tornaron a hacer lo malo delante de los ojos de Jehová y adoraron a Baal y Astaroth(o Astarté) divinidades fenicias del amor y la fertilidad; razón decisiva para que el Creador los entregara en manos de los pueblos que habían sido para ellos tropiezo. Las consecuencias fueron desastrosas, el ambiente que imperaba era de tristeza y lamento pues sus opresores horrorizaban su existencia y entonces clamaron con todas sus fuerzas al Dios de los cielos a quien habían desafiado con sus acciones; “Más los hijos de Israel tornaron a hacer lo malo en los ojos de Jehová, después de la muerte de Aod. Y Jehová los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, el cual reinó en Asor: y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, y él habitaba en Haroseth de las Gentes. Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquel tenía nueve cientos carros herrados: y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años” Jueces 4:1-3. Dios, movido a misericordia y bondad les suscitó jueces para que los librasen de manos de aquellas naciones incircuncisas, así es como llegamos a reconocer a grandes hombres en la historia del pueblo de Israel que hicieron cosas memorables con la ayuda de nuestro sublime Padre.

La mano de Dios fue mostrada por medio de valerosos hombres como Othoniel, que luchó y venció al rey de Siria, dándole con ello cuarenta años de reposo a la tierra. Aod quién a pesar de tener incapacitada su mano derecha, usó su astucia para infiltrarse en la fortaleza de Eglon, rey de Moab a quien destrozó con un arma punzocortante adaptada especialmente a su mano izquierda, venciendo así a todo el ejército moabita y dándole tranquilidad al pueblo por ochenta años. Sansón: un hombre que seguramente hemos escuchado, destacado por su voto de nazareato y por poseer una increíble fuerza, cuyo secreto se encontraba en las guedejas de su cabeza, mismo que reveló a una filistea llamada Dalila, por quién fue entregado en manos del enemigo para ser maltratado y escarnecido, sin embargo, pidió perdón a Dios por su error y le fue devuelta su fuerza para hacer venganza del escarnio de aquellos hombres malos.

Mujeres también se destacaron, tales como Débora, profetiza que liberó de los opresores al pueblo de Israel comandando acciones militares estratégicas para derrotar al enemigo, y por qué no hablar de Jael quien realizó un acto de gran valor y sensatez cuando valiéndose de un vaso de leche durmió al capitán del ejército de Jabín, rey de Canaán, Sísara a quien clavó la estaca en la sien.

Otro hombre valeroso, sin duda fue Gedeón, quien incluso no creía que Dios fuese a poner fin a aquella situación: sin embargo, Dios por medio de un vellón de lana le demostró que iba a ser con él para liberar a la descendencia de Jacob de la mano de los madianitas, que les hacían pasar difíciles situaciones al destruir todo su alimento y el de los ganados.

La época en que los Jueces estuvieron al frente de Israel marcó grandemente la historia, pues muchos son los relatos donde la mano de Dios fue con ellos con grandes demostraciones de poder, señales y prodigios majestuosos.

Sin embargo, como ya se dijo antes: este pueblo era de dura cerviz y encaminado a hacer lo malo delante del Dios Eterno, como lo reconoce el hombre más sabio en la historia bíblica: “He aquí, solamente he hallado esto: que Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas cuentas” Eclesiastés 7:29; es así como llegamos a la conclusión de que los Israelitas necesitaban constantemente de un juez que luchara al frente de ellos para libertarlos de sus opresores en una constante: el pueblo ofendía a Dios y hacía lo malo, entonces eran entregados en manos de las naciones circunvecinas quienes los oprimían en demasía hasta que estos gemían y clamaban a Jehová, y Él, movido a misericordia les enviaba un juez que los rescatara de aquellas dificultades.

Así Israel al comprobar el amor de Dios, hacía muchas promesas de obediencia que sólo quedaban en eso: “Simples promesas”, pues en cuanto sentían nuevamente la tranquilidad, volvían a su antiguo camino pecaminoso. Cumpliéndose en ellos el proverbio que duramente sentencia como sigue: “Como perro que vuelve a su vómito, así el necio que repite su necedad” Proverbios 26:11

Una decisión trascendental ocurrió poco tiempo después, cuando al estar ministrando como sacerdote; Samuel, un hombre obediente a Dios desde su niñez y cuyo ejemplo muchos ignoramos, fue escogido por el pueblo para elegir una nueva singularidad... ¡Qué gran decisión!: un pueblo especial, escogido por Dios, único entre todas las naciones de la tierra; ya no quiere seguir siendo especial, ¡no!, ahora había tomado la inteligente decisión de ser como los demás pueblos. “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Samuel en Rama, y dijéronle: He aquí que tú has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como todas las gentes”1° Samuel 8:4,5.

La tristeza embarga a este buen hombre, pues él a pesar de las deplorables condiciones en las que se encontraban sus compatriotas: los estimaba y deseaba que algún día pudieran mediante sus obras, servir de corazón a Dios; él entonces oró a Jehová con ese gran descontento en su corazón, a lo que la divina respuesta recibida fue que hiciese conforme a la petición de los israelitas. “… oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme a todas las obras que han hecho desde que los saqué de Egipto hasta hoy, que me han dejado y han servido a dioses ajenos, así hacen también hoy contigo” 1° Samuel 8:6-8.

La edad monárquica, como una mala decisión tomada por los ancianos de Israel trajo consigo consecuencias duras de soportar, mismas que el sacerdote Samuel advirtió al pueblo, quienes haciendo caso omiso de ello, declararon su afán por ser como los demás pueblos y tener un rey para que los juzgará y gobernará, no importando si a cambio de ello tenían que perder grandes cosas de valor, entre ellos su libertad. “Empero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel; antes dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros: y nosotros seremos también como todas las gentes, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras” 1° Samuel 8:19,20. Es así como desde el primer rey de Israel: Saúl, las cosas se tornan peor que como empezaron, pues Jehová a la postre, por la desobediencia y soberbia de este rey: lo desecha de su presencia y con ello no toma más parte en las batallas en las que se enfrentaban los hijos de Jacob contra sus enemigos los filisteos. “Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida: y Samuel lloraba a Saúl: más Jehová se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel” 1° Samuel 15:35.

Como humanos en muchas ocasiones queremos tomar contentamiento delante del Altísimo por medio de ofrendas y sacrificios, sin embargo, palabras que el siervo de Dios, Samuel declaraba a Saúl: “Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a la palabra de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros” 1° Samuel 15:22; hoy deberían de resonar en nuestros oídos y corazón, hacer un eco profundo en nuestro interior y permitirnos reflexionar de nuestro proceder. O si quizá estamos cayendo en las mismas circunstancias que el pueblo de Israel. Pues solo tú, que hoy estás leyendo este artículo, y Dios que tiene delante de si cada una de las intenciones del corazón humano, saben si tus decisiones han sido como las de Israel, de ser como los demás pueblos; haciendo como nada la singularidad que Dios ha puesto en ti.

Una analogía de nuestras decisiones es el néctar que hoy queremos obtener de este estudio, y es por ello que te invito a reflexionar sobre cuáles han sido o son tus pasos delante de nuestro Hacedor, pues con toda seguridad puedes atesorar en tus pensamientos que si Dios te ha permitido saber de Él, es porque tiene reservadas para ti grandes y maravillosas promesas, sin embargo Dios desde el principio nos ha dado la capacidad de decisión, misma que siempre mal usamos y para colmo de todos los males siempre tomamos lo menos conveniente.

Por ejemplo, una de ellas, y tanto es seguro que a más de uno de los lectores le sucederá esto (espero con mucha ansia estar equivocado en esta aseveración): “Comenzaste a tomar este estudio o algún otro, entonces algo por allí te distrajo, quizá el televisor, o una tarea atrasada, o un partido de futbol, o tal vez tenías una cita con tus amigos, o simplemente te pareció que estas letras no merecían ser repasadas por tu vista y te aburriste: y entonces acabaste por cerrar esta revista e ir a invertir tu tiempo en algo que no te devuelve ganancias duraderas.” Si alcanzaste a leer lo entrecomillado quiere decir que sigues leyendo y que has tomado en tu vida decisiones que te acarrean beneficios duraderos, significa que estás buscando enriquecer tu conocimiento de Dios y buscas con afán el mejorar delante de Él, pues “Luego la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios” Romanos 10:17; y si tus decisiones son inclinadas a la palabra de Dios es que con todo el corazón le estas buscando, si es así, ten por seguro que el Omnipotente premiará tu lucha.

A la memoria recuerdo un tema presentado en una Reunión Regional Juvenil en la región Noroeste, titulado: Oro por espejos: que hace alusión al trecho histórico en que los nativos de las regiones americanas al ser deslumbrados por los espejos entregaron en manos de los colonizadores sus valiosas joyas de oro y compostura de pedrería. Y esa misma situación nos ha sucedido a muchos jóvenes y adultos que al no ordenar cuerdamente nuestras prioridades valoramos más cosas superfluas y vanas, y lo que verdaderamente es riqueza, lo ignoramos y desperdiciamos negligentemente.

“Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” Romanos 15: 4. Dios te ha permitido bondadosamente saber las consecuencias de las malas decisiones, el intentar ser semejante a la gente del mundo hace que rompamos esa singularidad con la cual Dios nos ha llamado: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” Juan 17:14-16. “Más a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre” Juan 1:12. “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable”1ª Pedro 2:9.

El pueblo de Israel tuvo en poco semejante lugar y por ello quiso empaparse de todas las costumbres y caminos que seguían sus contemporáneos, hoy Dios nos hace un llamado para que no caigamos en semejante ejemplo de desobediencia, te exhorto a que como iglesia de Dios, nos esforcemos calurosamente cada día para ser una iglesia pura y sin mancha, “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis a ser presos en el yugo de servidumbre” Gálatas 5:1; pues cada uno de los que integramos el cuerpo de Cristo decidimos la imagen que queremos de ella, el apóstol Pablo cuestiona: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?¿Quitaré los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera?” Lejos sea. 1ª Corintios 6:15.

Una hojeada y reflexión a la historia hace que nos demos cuenta del gran amor que tiene Dios para con nosotros, ¡No despreciemos esta valiosa oportunidad que Él nos da y hagamos ¡frutos dignos de arrepentimiento!

Que nuestro sublime Dios llene de sabiduría vuestros corazones y ponga en ellos la firme intención de obediencia a sus estatutos y ordenanzas.


Obrero Uzziel Hernández Contreras
San Luis Río Colorado, Sonora

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