Siembra y segarás

Amado joven, la vida está delante de ti, estas apenas iniciando tu camino. Todo en estos momentos para ti, es posible. Tienes la capacidad de lograr lo que te propongas, pero por sobre todo posees la gloria de tu juventud. Ahora bien, me gustaría te detengas unos instantes, para considerar las siguientes líneas:

Se dice que un gran rey de Persia, llevaba consigo en sus excursiones alrededor de Ispahán, capital de su Estado, a su tesorero, para premiar las acciones virtuosas que presenciase.

- ¿Qué hacéis, buen anciano? – dijo a uno que estaba plantando árboles.
- Plato nogales, ¡Oh rey de reyes! – contesto.
- ¿Y para qué plantáis nogales cuyo fruto no alcanzaréis a comer?
- Para pagar mi deuda con los que plantaron aquellos cuyo fruto gusté en mi juventud.
El rey lo declaro acreedor a su premio.
Pérez (1995)

Actualmente nosotros como jóvenes, tenemos una gama muy variable de responsabilidades que requieren de nuestra dedicación y tiempo. Algunos se ven ocupados o atareados en sus centros de trabajo, en la escuela o con la familia. Por desgracia de Dios, ante tales retos nos proponemos ser los primeros y dar de nosotros lo mejor. Es un suceso común, respetable y digno de celebrar, pero tristemente dejamos de hacer más por la obra del Señor, siendo precisamente ésta, el motor que debería de guiar nuestras vidas.

La Iglesia de Dios necesita jóvenes entregados, activos y por sobre todas las cosas, comprometidos al servicio de Dios. Siempre se nos pide nuestra colaboración en las actividades de la Iglesia y de la FJC, cuando debería ser esto lo contrario, ya que nosotros debemos estar como nos aconseja la Biblia: “…pues firmes… y vestidos de la cota de justicia” (Efesios 6:14) en todo momento.

Hoy solo quiero invitarte y pedirte que seamos más conscientes de la bendición tan grande y maravillosa que tenemos al ser llamados Hijos de Dios. No lo ocultes, ni te avergüences, haz voto con Dios, no tengas miedo y atrévete a ser el mejor, no solo fuera de la Iglesia de Dios, sino dentro de ella, se alguien que por su buen testimonio y no por los títulos o el dinero que tenga, sea respetado, tanto por los hombres como por los hijos de Dios.

Sé un ser humano valeroso, humilde y virtuoso, anímate y esfuérzate para alcanzarlo, haz tu parte y planta arboles de nogal día a día, a pesar de que hoy no veas toda su hermosura, que tu meta sea dejar el cimiento y la enseñanza para las nuevas generaciones, que tu obra sea un impulso para otros jóvenes y que en tu vejez puedas tener la satisfacción de seguir trabajando y así mismo con esa alegría, mirar a tu pasado con el orgullo de poder decir: ¡Yo soy mejor, gracias a Dios y a mi compromiso!

Por último quiero compartirte el consejo que a mí me dieron el día de mi bautizo, el cual se encuentra plasmado en las Sagradas Escrituras en Eclesiastés 5:5-6 que dice así: “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”

Si hoy decides cambiar y plantas bendiciones lleva presente siempre contigo en tu mente y corazón ente consejo, y te aseguro que así como aquel hombre, tú también recibirás tu premio que es la corona de Vida Eterna.

Marión Itzel Pech Moo
Mérida, Yucatán

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