Jóvenes al servicio de Dios

Y acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días y lleguen los años, de los cuales digas, no tengo en ellos contentamiento. Eclesiastés 12:1

Cuántas veces te has preguntado ¿de qué se trata la vida? O ¿para qué has sido creado? Y ¿Cuál es tu labor en la Iglesia?

Cierto que es bonito asistir al templo en los días de culto con el deseo de cantar a Dios, escuchar su palabra, convivir con los hermanos… pero realmente ¿sabemos cuál es nuestra función como jóvenes dentro del camino de Dios?

A veces podemos pensar que Dios tiene un plan para otros y no para uno, por esa razón nos desanimamos y perdemos el sentido de nuestro propósito en la Iglesia y hasta olvidamos lo importante que somos para Dios y sobre todo, el hecho de saber que hemos sido elegidos entre mucha gente para gloria suya. David lo describe en Salmos 65:4, “Dichoso el que tú escogieres e hicieres llegar a ti, para que habite en tus atrios seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo Templo.”

Una vez que somos consientes de saber para qué hemos sido creados y cuál es nuestra labor en la iglesia; ahora nos preguntamos si acaso Dios puede usarnos para su servicio o si algún día podremos alcanzar todo nuestro potencial para su obra, pero cuando llegue la oportunidad de servirle, ciertamente es bueno saber que no hay una edad que marque el momento de hacerlo. La edad no es un problema cuando Dios nos ha llamado a su servicio, pues Él es paciente y sus caminos son perfectos así como sus planes son siempre mejor para nosotros.

Un ejemplo muy conocido por cada uno de nosotros es el de aquel caudillo llamado Moisés; él fue colocado en un sitio especifico para convertirse en un príncipe egipcio, pero era una posición que no duraría mucho tiempo, una vez que fue consciente de sus raíces hebreas, la lealtad de Moisés comenzó a cambiar de rumbo y tuvieron que pasar 40 años para que realizará una estupenda tarea, para la cual, la soledad en el desierto, el estar alejado de la sociedad, las adversidades y aquellas pequeñas cosas de la vida, lo habían preparado, es donde nos damos cuenta, que la edad no es un problema cuando se tiene le deseo de servir al Señor, pero hay algo importante que debemos comprender y responde a la pregunta sobre ¿qué es lo que necesita Dios de nosotros?

  • Compromiso total
  • Obediencia
  • Amor a su obra

De lo anterior es importante resaltar que no debemos hacer las cosas precipitadamente para llegar a un lugar de responsabilidades real. Todo a quien Dios puede usar debe tener la preparación apropiada, mientras más adquiramos conocimiento de su Palabra y buscamos la vida espiritual; más grande serán las ventajas de servir al Señor.

Características del joven que sirve a Dios

Son de gran importancia la obediencia y el temor para agradar al Señor. El apóstol de los gentiles nos aconseja estas palabras, 1ª Timoteo 4:12 “Ninguna tenga en poco tu juventud pero se ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe y limpieza.”

En una ocasión un hermano en la fe me preguntaba lo que me gustaría llegar a ser en el camino de Dios, para ese entonces tenía poco tiempo de asistir a la Iglesia, y aún con muchas cosas por aprender, con un silencio en mi ser, él me dijo: Al Señor lo puedes servir de muchas maneras, si tú quieres puedes ser presidente de la FJC, secretario, tesorero, puedes ayudar en la música, o arreglar la Iglesia. Si te lo propones puedes llegar a ser un ministro, diacono, etc.

Tiempo después me he dado cuenta que cada uno de nosotros tiene una misión que ha de cumplirse por voluntad del Padre y con la ayuda de él y su Hijo podemos hacer grandes cosas para el engrandecimiento de su obra.

Jóvenes que sirvieron a Dios

Una historia ya conocida por cada uno de nosotros es la vida del Rey David, que a pesar de su corta edad asumió con mucho valor y obediencia servir a Dios, ¿Pero qué aspectos importantes encontramos en esta historia? Nos preguntamos ¿Por qué Dios lo escogió a él y no a sus hermanos o qué lo hacía destacar si sólo era un pequeño mozo cuyo oficio era apacentar ovejas? ¿Acaso su hermanos no eran fuertes, temerosos y más grandes de estatura y de edad?

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni lo grande de su estatura porque yo lo desecho, porque Jehová mira no lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, más Jehová mira el corazón.” 1ª Samuel 16:7.

Esto es lo más importante amado joven: aceptar el llamado del Señor para servir en su obra de corazón, por convicción. Si tu deseo es trabajar, ahora es el momento, en tus manos está el poder de hacer grandes proezas y en tu corazón el amor y el deseo de agrandar el nombre de aquél que dio su vida por cada uno de nosotros y si permanecemos fieles en su camino, obrando y creciendo con su Iglesia, cuando venga el Señor escucharemos su palabras de amor cuando nos diga “…bien buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor.” Mateo 25:21.

Carlos Hernández Santillán
Moderna, Monterrey Nuevo León

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