En esta ocasión presento un tema muy conocido por la humanidad, hablo del pecado.
La primera dimensión es que el pecado engaña, lea lo que escribe el apóstol Pablo al respecto: antes exhortándonos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice hoy; porque ninguno de vosotros se endurezca con engaño de pecado. Hebreos 3:13.
La segunda dimensión del pecado es que el pecado contamina. Pecadores limpiad las manos; y vosotros de doblado animo, purificad los corazones. Sant.4:8
Como expresa la palabra de Dios es necesario limpiarnos de toda inmundicia de pecado, nuestras manos necesitan limpiarse de toda contaminación, y nuestros corazones deben purificarse día tras día, limpiándolo de esas cosas malas que nos hacen daño, como la envidia, el odio, amargura. Etc.
La tercera dimensión del pecado es que el pecado mata: así es la consecuencia de vivir en el pecado o practicar el pecado es la muerte, pero no hablamos de una muerte física solamente sino también de una muerte eterna.
La concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado; y el pecado siendo cumplido, engendra muerte, Sant. 1:15.
Estas son las obras devastadoras del pecado. Si lo miramos de todos los ángulos, en cada dimensión hay sufrimiento y muerte, al practicar algunas de ellas o vivir conforme al pecado esto nos impedirá entrar en el reino de Dios.
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Rom. 6:23.
Así es estimado lector le dejo en su mente y en su corazón estas sabias palabras de vida y usted podrá decidir que hacer con su vida de ahora en adelante, el Señor Jesús le invita a reflexionar y a valorar esa vida que Dios le dio.
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