El don de servir

Iniciare con esta frase, “servir o ser servido,” indudablemente que como creyentes y seguidores de un gran ejemplo, como nuestro Señor Jesucristo, debemos servir y no ser servidos, servir es un gran don, un don maravilloso; quiero traerles en la mente cierta frase de un famoso poeta: Alfonso Rey.

“Por que amar es dar y solo con dolor consigue dar, quien habitualmente vive esperanzado a recibir.”

Amar es servir, y lo que el hombre gusta, es de ser servido. Aquí surge una gran interrogante.

¿Usted ama servir o le gusta ser servido?

El don de servir, tiene que ver con la parte central de la doctrina de Jesús, quien puso en la mente y en el corazón de los hombres, que es mejor “dar que recibir.” Hechos 20:35.

Pero aquí también surge otra pregunta, ¿como puede dar el que no tiene? La posibilidad de dar, por que Dios le ha bendecido grandemente, y puede darle a aquel que tristemente no tiene nada.

Compartir el pan o nuestros bienes, es parte del carácter cristiano que debemos cultivar, sin embargo, nosotros somos el producto de una formación que se nos dio de pequeños.

Si nuestros padres nos enseñaron a ser egoístas; así crecimos y así somos; pero si nos enseñaron a compartir aunque sea un dulce o un pedazo de pan, entonces hoy por hoy daremos buenos frutos.

Se recuerda más el hombre que tuvo el don de dar, pero además se le recordará muy bien.

El servir debe ser de todo los días, es necesario ser útil en todo tiempo, aquel que ama servir y practica este don tiene cabida en todas partes, ya que siempre estará dispuesto a ayudar, sin esperar nada a cambio, sin esperar que le pidan hacer algo, el que ama servir siempre será solicito y nunca esperará que le digan lo que tiene que hacer.

En la iglesia hay muchas formas de servir, siempre hay proyectos, planes de trabajo, donde podemos participar, el que ama servir le gusta ocuparse de algo, le agrada ser tomado en cuenta y se ofrece con el afán de ser útil, saber que puede ser servicial.

Eliseo, siervo de Elías, se dispuso a su servicio hasta el grado de darle agua con sus propias manos, 2ª de Reyes 3:11 y 1ª de Reyes 19:21. Mas tarde Dios lo recompenso, cuando le dieron los dones que tenia el profeta Elías.

El hombre que cree que es muy grande y no ha tenido la grandeza del servicio a su prójimo, se engaña a si mismo. Lea gálatas 6:3 y 4.

Porque el que estima de sí que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria solo respecto de si mismo, y no en otro. Hermanos examinaremos nuestras obras, y echemos una mirada a nuestro interior para saber que tan serviciales y dadores somos, ¿Qué tanto aportamos a los demás?, querer es poder y si nos nace dar es mucho mejor. Una frase de Roger patrón dice: “si dejas de dar, renuncias a vivir.” Pablo el apóstol de los gentiles como algunos le llaman nos da un hermoso consejo. Empero procurad los mejores dones; mas aún yo os muestro un camino más excelente. 1ª corintios 12:31

A medida que vayamos aportando, estaremos aprendiendo a dar sin esperar nada a cambio y nuestra vida espiritual será cada vez más elevada, la gente común no puede saborear esta gran bendición, porque ellos en vez de dar quieren servirse de los demás.

Jesús el mayor de los siervos

El Señor Jesucristo como bien mencionamos en la primera parte de este boletín, es nuestro magno ejemplo a seguir ya que él así nos enseño, en el acto del lavatorio de los pies, nos dio esta gran enseñanza de la humildad que requiere todo aquel que profesa ser hijo de Dios. Pedro se rehusaba a ser lavado, sin embargo el maestro le dio una gran lección que no olvidaría jamás; servir y ser humilde.

Así que, después que les hubo lavado los pies, y tomando su ropa, volviéndose a sentar a la mesa, díjoles; ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis, maestro, y, Señor: y decís bien; porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el maestro he lavado vuestro pies, vosotros también debéis lavar los pies unos a los otros.

Por ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Desierto de cierto os digo: el siervo no es mayor que su señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurado seréis, si las hicieres. 1ª Juan 13:13-17

Hermanos Jesús plasmo en la mente de sus discípulos esta gran enseñanza, esta gran don y esta hermosa bienaventuranza el que quiera ser el mayor, debe ser el que sirva. Mateo 20:26

Este mensaje está vigente en nuestro tiempo, y debe manifestarse en las obras de todos aquellos que tienen en su corazón este hermoso don.

Hermanos vivamos para servir, y sirvamos para alcanzar cumplir este gran deber y recuerde “Bienaventurado seréis, si los hicieres”…

Amen

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